Guayaquil ha sido receptor de extranjeros, tanto a nivel nacional como internacional; por lo que, sus culturas, tradiciones, religiones y creencias espirituales se han ido diversificando. A pesar de esto, Dios siempre se hace presente e invita a cada una de las personas, sean adultas o inclusive a nosotros los jóvenes, para que cumplan con su llamado y depositen en Él la esperanza y el ser tan bueno que se adentra en ellos.

 

     Muchas de las personas que habitan esta sociedad están centrados en buscar reconocimiento y triunfar en la vida, sin conocer su verdadero propósito o razón de ser. Existe un llamado específico para cada individuo que está relacionado a los planes que Dios tiene para cada persona. Recordemos que Dios nos conoce a la perfección, inclusive, desde un inicio, ya nos había encomendado una misión que desempeñar; tal como lo hizo con el profeta Jeremías, que desde antes que engendrarlo en el vientre de su madre ya le había asignado su tarea como mensajero de Dios.  

 

     Este llamado es distinto a lo que crees; no va hacer por medio de una llamada telefónica o un mensaje de texto; es único y especial que, puede presentarse en los momentos menos esperados. Puede surgir desde la infancia, por medio de nuestros padres quienes nos enseñaron la fe católica; o por medio de los sacramentos que realizamos en nuestra adolescencia, o cuando nos sentimos abrumados y creemos que ya no podemos más, Él siempre va a estar presto para llamarte. 

 

     Podemos tomar de ejemplo un sin número de santos que fueron jóvenes al igual que tú, pero nos gustaría destacar al Apóstol Santiago, patrono de nuestra bella ciudad; un simple pescador que no sabía ni leer ni escribir, pero a pesar de esto aceptó el “Ven y sígueme” de nuestro señor Jesucristo. Por este motivo, es un ejemplo a seguir en nuestra ciudad, por su gran fe y devoción al seguir a Jesús y predicar su palabra hasta en tierras muy lejanas, a pesar de saber el gran peligro  al que se exponía. Recordemos que este santo recorrió tierras hispanas, causando la expansión del cristianismo por toda Europa hasta llegar a Latinoamérica; de esta manera, los españoles nos inculcaron la fe católica que hasta la actualidad se sigue promulgando.

 

     Joven a ti te digo levántate! Anímate a seguir adelante sin importar los problemas que se presenten. No dudes en escuchar los mensajes que Dios te envía, pues nunca es tarde para obrar y extraer todo lo bueno para cumplir el mandato que El Señor puso en ti. Ten presente que Él nos llamará a todos nosotros los jóvenes guayaquileños para que formemos parte de su Santa Iglesia.